Es curioso ver como cometemos las mismas situaciones otra vez,
a costa de ningún beneficio,
por un motivo, quedar en nuestra memoria como recuerdo,
repetido, una y otra vez, hasta quedar sellado,
para entender que hay personas, y actos malévolos,
que hay que dejarlos ir cuando se siente una característica no agradable en la esencia de este, hasta que ya aprendamos.
Pero... también es admirable ver que estos son las ya, menos.
Sabiendo que lo que hicimos, lo hicimos bien, beneficiemos.
Y todo, en mi caso, por amor, bondad, amistad, cariño, o aprecio.
Y eso, no tiene precio, es infinito.
La elección es determinante.
La de cada uno de nosotros, determina.
Montse Cobas.
Comentarios