NO HAY ESPERA.
Noche deliciosa en armonía, tranquila.
La esencia pausada me acompaña caminando por la acera.
Ligera como la vida misma, sin espera.
Ahora en su fluir me ha enseñado,
soltar amarras, soltar las cargas de un pasado no buscado pero sí encontrado.
Asimilado y superado, muy tranquila.
Me aprendió que nunca aguarde,
tu sabes tu camino, tu deseo,
pero existen otros equivalentes, intrusos,
que los tuercen sin demora,
escondidos y frustran-te para ambas partes,
la ignorancia prevalece y de ahí la causa.
Aprendida y recuperada con mensajes que prosiguen,
derivados de una compañía siempre inmersa.
El Todo que siempre sabe.
Ahora prosigo en ello muy consciente,
el que quiera me acompañe y sino se quede,
derivando por otros caminos quién sabe cuales.
Esperado, aguardado, deseos, esperanza que quedo-se muy atrás.
Tanto que ya el silencio lo ha borrado,
no aparece, y si lo hace son resquicios para seguir evaporando.
Ya no importa...
solo el presente aguarda a ser buscado y realizado,
sellando el camino, que siempre aguarda.
Esta ahí adelante esperando.
Yo no espero, no hay demora, hay camino,
ese que he de realizar sola o en compañía,
elegimos.
Los elegidos para una aventura mutua y franca,
se desvela la verdad,
no hay secretos, no hay oscuridad donde nunca la hubo,
hubo sufrimiento fomentado...
y todos suspiran pidiendo alivio a sus almas, porque saben y ahora observan...
Noche deliciosa en armonía, tranquila.
La esencia pausada me acompaña caminando por la acera .
Ligera como la vida misma, sin espera.
El que quiera me acompañe y sino se quede. Es la hora. Proseguimos llanos.
Pero ahora acompañados por la Esencia de la vida,
nos ha visto, se delata, acompaña. Limpia, clara.
No hay espera.
Por Montse Cobas.
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