DESVARÍO.
No me importa tu desvarío,
porque es desvarío del Ama.
Los entiendo y comprendo,
se dejan ver en las penumbras.
Penumbras que dejan ver un haz de Luz,
la que tu pones y atraes cuando la ves.
Desvarío entre zarzas que hirieron el corazón,
de ahí caminos equivocados. De ahí tu objeción.
No me importa, pero sí tomo en cuenta,
el desvarío que turba la razón.
Vienen de escarcha en el Alma,
Alma que ha sufrido por razones que yo no se.
Desvarío que en Todos aparece,
se siembra en el desazón,
y en la falta.
Falta de nuestro esencial sustento, el Amor.
Gran sentimiento,
emerge desde el centro,
explayándose en un cauce que espera,
se siente y emerge, no hay nada que hacer, fluye sin querer.
Desvarío,
cuanto desvarío,
no se sabe y se siente,
los otros y nosotros callados, viendo.
En la quietud de la vida se nos presenta,
alejándonos de la realidad,
realidad que esta y nosotros no podemos ver.
Oscura y llena de claridad como la vida misma.
Emergiendo sin saber protegiendo nuestro Ser.
Ser que sufre por la falta de lo deseado,
eso que hace falta...y no se tiene.
Buscamos desesperados sin darnos cuenta.
Reclamamos con la mirada,
con el Alma, en cada latido de nuestro Espíritu,
que tras mucho esperar desespera,
y cuando ya no esperamos, solo cambiamos...
Aparece, lo tanto buscado.
Es así el desvarío...
Desaparece cuando atendemos a lo cierto,
cuando nuestro Ser se apacigua, comprende.
Que no todo es como parece,
ni como nosotros deseamos.
Solo viene cuando nos pilla desprevenidos,
nos encandila y no creemos, es, lo que tiene.
Desvarío...Siempre desvarío.
Aparece sin residencia,
se evapora cuando encontramos lo ansiado,
Paz y verdad en nuestra savia, bendita savia. Original y siempre bendita.
Montse Cobas.
Con Amor.
Luna Serena.
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