EL BUEN AMOR ESTÁ SIEMPRE ESPERANDO, SOLO HACE FALTA IDENTIFICARLO.
LUNA SERENA.
Cada vez es más frecuente escuchar frases como “todos son iguales”, “¿quién entiende a las mujeres?” o simplemente que los “finales de Disney” sólo existen en las películas. Estas ideas tienden a acentuarse cuando se termina una relación de pareja, lo cual provoca una sensación de vacío y fracaso, además del dolor de perder al ser amado.
Sin embargo la vida sigue, y con ella el deseo y la posibilidad de volver a enamorarse. Pero, a veces, la ruptura previa genera temores y sombras que llevan a pensar que el amor verdadero es inalcanzable, que buscarlo no vale la pena, o a conformarse con la persona que esté disponible, aunque no exista nada en común entre los dos.
El maestro Ricardo Trujillo, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que cuando no se cierran los ciclos necesarios, se corre el riesgo de repetir patrones que eventualmente resultarán en un nuevo rompimiento. “Cada relación debería suponer un aprendizaje, pero los seres humanos somos la única especie que tropieza varias veces con la misma piedra”, afirma.
En ese sentido, es necesario reflexionar de manera objetiva sobre las consecuencias de la relación anterior. Se deben analizar con justicia los errores cometidos, la forma en que se manejaron las emociones y situaciones, pero especialmente asumir la responsabilidad de los propios actos. No se trata de repartir culpas, sino de comprender qué pudo hacerse mejor o de forma diferente. También es importante asimilar los sentimientos que dejó la ruptura. Este proceso permitirá tomar los aspectos positivos y salir fortalecidos de esa experiencia, con una página limpia para comenzar una nueva historia.
Asimismo, el especialista recomienda tener claridad en las propias necesidades y expectativas al elegir a la nueva pareja, pues muchas veces ocasionan que las relaciones carezcan de un vínculo acertado desde un principio. “Si me voy siempre a una discoteca a buscar novio, quizá no es la mejor forma de encontrarla. Hay que tomar decisiones más acordes a lo que se busca”, indica.
Entender que no todas las relaciones serán estables o tendrán un futuro sólido es otro factor que debe tenerse presente. El maestro Ricardo Trujillo considera que la búsqueda en sí misma de una relación estable y prolongada puede generar un fracaso. “Hay que mantenerse abiertos a lo que el noviazgo va planteando en el camino, es decir, si se conoce a una persona, no se le debe poner inmediatamente la etiqueta de futuro esposo o esposa, porque eso puede llevar a la decepción”, señala.
Rechazar a alguien porque “no es mi tipo”, no cumpla con ciertos requisitos o con la imagen de pareja ideal que cada quien suele fabricar en su mente, implica “casarse” con conceptos y prejuicios que no necesariamente llevarán a encontrar el verdadero amor. Una actitud de apertura permitirá experimentar otras vivencias y conocer individuos diferentes.
Paciencia y constancia son otros ingredientes que conducen al amor. Una nueva relación debe cultivarse día a día a través de la comunicación, el respeto y la convivencia. “Es con el tiempo que se construye el compromiso y el vínculo, para que entonces sí se pueda compartir con la pareja la visión de un futuro juntos”, apunta el especialista.
Ese amor de película puede ser realidad y está afuera esperando. No importa cuántos intentos requiera encontrarlo. Con un corazón abierto, convicción en lo que realmente se desea y valor para afrontar cada experiencia, se encontrará al príncipe y la zapatilla de cristal llegará al fin al pie de Cenicienta. Barbrha Ibáñez / Fundación México Unido /span>
Sin embargo la vida sigue, y con ella el deseo y la posibilidad de volver a enamorarse. Pero, a veces, la ruptura previa genera temores y sombras que llevan a pensar que el amor verdadero es inalcanzable, que buscarlo no vale la pena, o a conformarse con la persona que esté disponible, aunque no exista nada en común entre los dos.
El maestro Ricardo Trujillo, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que cuando no se cierran los ciclos necesarios, se corre el riesgo de repetir patrones que eventualmente resultarán en un nuevo rompimiento. “Cada relación debería suponer un aprendizaje, pero los seres humanos somos la única especie que tropieza varias veces con la misma piedra”, afirma.
En ese sentido, es necesario reflexionar de manera objetiva sobre las consecuencias de la relación anterior. Se deben analizar con justicia los errores cometidos, la forma en que se manejaron las emociones y situaciones, pero especialmente asumir la responsabilidad de los propios actos. No se trata de repartir culpas, sino de comprender qué pudo hacerse mejor o de forma diferente. También es importante asimilar los sentimientos que dejó la ruptura. Este proceso permitirá tomar los aspectos positivos y salir fortalecidos de esa experiencia, con una página limpia para comenzar una nueva historia.
Asimismo, el especialista recomienda tener claridad en las propias necesidades y expectativas al elegir a la nueva pareja, pues muchas veces ocasionan que las relaciones carezcan de un vínculo acertado desde un principio. “Si me voy siempre a una discoteca a buscar novio, quizá no es la mejor forma de encontrarla. Hay que tomar decisiones más acordes a lo que se busca”, indica.
Entender que no todas las relaciones serán estables o tendrán un futuro sólido es otro factor que debe tenerse presente. El maestro Ricardo Trujillo considera que la búsqueda en sí misma de una relación estable y prolongada puede generar un fracaso. “Hay que mantenerse abiertos a lo que el noviazgo va planteando en el camino, es decir, si se conoce a una persona, no se le debe poner inmediatamente la etiqueta de futuro esposo o esposa, porque eso puede llevar a la decepción”, señala.
Rechazar a alguien porque “no es mi tipo”, no cumpla con ciertos requisitos o con la imagen de pareja ideal que cada quien suele fabricar en su mente, implica “casarse” con conceptos y prejuicios que no necesariamente llevarán a encontrar el verdadero amor. Una actitud de apertura permitirá experimentar otras vivencias y conocer individuos diferentes.
Paciencia y constancia son otros ingredientes que conducen al amor. Una nueva relación debe cultivarse día a día a través de la comunicación, el respeto y la convivencia. “Es con el tiempo que se construye el compromiso y el vínculo, para que entonces sí se pueda compartir con la pareja la visión de un futuro juntos”, apunta el especialista.
Ese amor de película puede ser realidad y está afuera esperando. No importa cuántos intentos requiera encontrarlo. Con un corazón abierto, convicción en lo que realmente se desea y valor para afrontar cada experiencia, se encontrará al príncipe y la zapatilla de cristal llegará al fin al pie de Cenicienta. Barbrha Ibáñez / Fundación México Unido /span>
LUNA SERENA.
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